Hace unos meses Paul Maršić y yo escribimos a cuatro manos (aunque él se llevó todo el crédito) acerca de la negativa de Lady Gaga de conceder a "Weird Al" Yankovic un permiso que en realidad no necesitaba para parodiar "Born this Way", el megahimno con el que la diva proclama su manifiesto a sus "pequeños monstruos." Como bien saben, Gagaracia pegó un patinazo al negarse, echándose un baldado inesperado de mala publicidad, no de esa que vende discos, sino de esa que te deja como una chancleta delante de tu audiencia.
Y es que Yankovic, para decirlo en palabras del barranquillero promedio, ya la tenía calibrada. Es fácil para alguien que lleva toda la vida no tomándose en serio, y que sabe tanto o más sobreponerse ante la adversidad como la émula de Madonna. Porque parece que la carrera de Lady Gaga depende de qué tan en serio se la tomen y no del mensaje de sus canciones.
Si la letra es ácida, el video lo es aun más.
Si la letra es ácida, el video lo es aun más.
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