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Wednesday, August 3, 2011

Ídolos de Barro 5: Carter, cacahuatero resentido, perdedor mezquino y precursor de Obama.

Demócratas = Buenos, Republicanos = Malos, parecen ser las ecuaciones que aun gobernaran a la prensa latinoamericana a la hora de cubrir y reportar las actuaciones políticas de la Cámara, el Senado y la presidencia estadounidense. Esta actitud no es muy diferente de la misma gran prensa norteamericana, de la que al fin y al cabo come de sus manos nuestra prensa local (¿otra manifestación del imperialismo yanqui?), sin preguntarse nunca nada.

Sólo así se entiende cómo se ha escapado con facilidad James Earl Carter, Jr. del juicio de la historia. Y con base en evidencias tangibles no es muy difícil deconstruir la carrera política del cacahuatero más famoso de Estados Unidos.

Para ser elegido, algunos gestos de reconocimiento hacia el pasado tuvieron que ser hechos.” Con esta ambigua frase la siempre confiable revista Time ayudó a nuestro Jimmy, ya ad portas de la presidencia, a edulcorar su pasado en el que más directamente no sólo había dejado constancia escrita el “estar de acuerdo con George Wallace (el último político estadounidense abiertamente racista) en la mayor parte de los temas”, sino que había denunciado públicamente a un rival político por no haber permitido hablar a Wallace en propiedad del estado de Georgia. ¡Nada mal para alguien que llegaría a contar con la bendición del padre de Martin Luther King, Jr en la convención Demócrata de 1976 (“Es algo cierto que el Señor envió a Jimmy Carter a aparecérsenos y llevar a América de regreso a donde pertenece”)!

Muéstrame a un buen perdedor, y yo te mostraré a un perdedor.” En fondo y forma, Jimmy Carter es el precursor de Obama; en tiempo de elecciones y hasta que la negación de la realidad no puede ser contenida más, son elogiados hasta el diritambo desequilibrado por parte de la prensa y a su vez del público embelesado. Son irritables e inexplicablemente ambiguos sobre episodios de su pasado (ver controversia sobre Jimmy dándoselas de “físico nuclear” con tan solo un curso libre de un semestre), así como arrogantes con sus electores, opositores políticos (y países aliados), pero muy humildes con los sátrapas y dictadores. Cuando se le explicó del Sha que ya depuesto y deshauciado buscaba refugio en Estados Unidos, contestó: “Que se joda el Sha”.
All American por fuera... cacahuatero por dentro
He mirado a un montón de mujeres con lujuria. He cometido adulterio en mi corazón muchas veces.” La habilidad que tuvo Carter para rebajar la dignidad presidencial no tuvo parangón. Kennedy, aunque fuera promiscuo, nunca concedió una entrevista a Playboy, por ejemplo. Barack Obama aparece en programas televisivos de variedades pero no ha tenido que enfrentarse a un conejo agresivo. Ningún presidente aparte de él ha reportado el avistamiento de un OVNI. Al mismo tiempo, la extraña compulsión de adular a los líderes de naciones adversarias (o a sus esposas), no deja de resemblar un poco a la misma necesidad que tiene Obama de hacerle venias al mismo tipo de líderes, y no nos digamos mentiras, una actitud derrotista. Al buen Jimmy le irritaba “la actitud de los americanos hacia el comunismo” y que no vieran su avance “como algo perfectamente válido y legitimo.

Ni toda la legislación del mundo podría arreglar lo que está mal con Estados Unidos.” Treinta y dos años después sentimos las consecuencias del ascenso del fundamentalismo islámico en Irán, el cual fue permitido más que por acción, por omisión por parte de Carter. La crisis económica que siguió, fue aprovechada por el cacahuatero no para ofrecer soluciones sino para decirle a su nación que debían acostumbrarse a ser una nación en declive, que nada bueno podían esperar del futuro.

Ni siquiera sus más preciados logros pueden ser considerados como suyos: el acuerdo de paz de Camp David fue apenas la fachada de unas negociaciones que ya habían llegado a feliz término hacía mucho tiempo. Carter era apenas la mampara (o el pararrayos) de una farsa bien coreografiada. Y el Premio Nobel de la Paz (la reivindicación que tanto ansiaba ante el público estadounidense) fue más que todo una “bofetada” del comité del premio a George Bush por su invasión a Irak, antes que el reconocimiento a su gestión “humanitaria”.
Time no tiene absolutamente NINGUN criterio!!!

Carter llevaba años y años humillándose para conseguir el preciado galardón, hasta que por fin se presentó la oportunidad para que consideraran dárselo. Mientras tanto, esa gestión “humanitaria” no resiste ningún análisis serio en cuanto a su accionar en el Medio Oriente se refiere. William Safire, el reputado columnista reportó en su momento que Cyrus Vance (ex Secretario de Estado del personaje de marras) había reconocido que, de haber tenido un segundo mandato, Carter habría vendido a Israel por completo (para lo que hubiera servido el acuerdo de Camp David, ¿no?).

La gestión del Centro Carter está bien plagada de episodios turbios tales como la financiación de sus actividades, el antisemitismo implícito en sus acciones (aunque sea vehementemente negado por el ex presidente), y el constante saboteo del trabajo diplomático de su nación, que no deja dudas de cual será también el camino a seguir por Barack Obama cuando ya no sea presidente.

El mayor error de mi presidencia fue permitir que Ronald Reagan fuera presidente.” En su mundo, Carter no perdona haber sido contradicho y puesto en evidencia sus gigantescos errores y equivocaciones: Estados Unidos y su economía se recuperaron, el comunismo colapsó, y la confianza volvió; por lo que intentó vendernos otra vana y fatua imagen de sí mismo” la de “Joe Derechos Humanos”, la cual tampoco es real.

Pero nada como su rueda de prensa de Panamá en "español" y la traducción de su discurso a los polacos.
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Saturday, July 9, 2011

Idols of Clay IV: A Beef with a Few Writers

In July, the month in which the sipmac team brings down more idols from their pedestals, they could not miss some writers. It might be true that no one can take away the dancing (dancing as being literary success or sales) from them, but with them we have anyway a couple of issues to fix:

Sam Clemens / Mark Twain: It is quite an experience to read Tom Sawyer with the innocent eyes of a child, and another one with the eyes of a cynical adult. In a nutshell, Mark Twain did not have any respect for his own characters. I do not mean to Aunt Polly (even if Mr. Twain mocks his prudishness without any consideration) or the inhabitants of St. Petersburg in general (more straitlaced, impossible), but the protagonists: Twain enjoys the lack of culture and sublimely naive vision that Tom and Huckleberry Finn with which they embrace the world. Just read the end of “Tom Sawyer” or the part of “Huckleberry Finn” in which he goes to the circus, or worse, the liberation of the slave Jim at the end of the novel.

Let's say that the only revenge he could take Tom was the fact that Clemens, the most unrepentant scoffer of the 19th century, was a spendthrift, forcing the author to keep writing Tom Sawyer sequels.
Ian Fleming: undoubtedly the creation of the “James Bond” character should grant him a place in the pantheon of letters, even if the critics could not even reluctantly agree. The literary James Bond is much more remarkable than his film counterpart. Still, please never make the big mistake of reading three of his novels one after the other. I started with "Goldfinger" and then went for "Casino Royale". By the time I read "From Russia with Love", I just read the approach of the plot, left the story in the part where Bond arrives in Turkey and then returned to the scene of the Nash monologue. I did not feel I missed anything.

Jorge Ycaza: no doubt his claim to the exploitation of indigenous people in Ecuador in "Huasipungo" is valiant, but although the priest's misdeeds were taken from real life, the book is not without an anticlerical whiff, not to mention other clichés that threaten to turn the novel into a pamphlet. For many readers there is not a problem, and "Ñucanchic Husipungo!" is a battle cry as good as any other, but the work does not surpass the propagandistic tone, especially in the agit-prop reeking final paragraph of the work.

Stephen King: "The Stand" endures the test of time and a thousand-odd pages were absolutely necessary to describe how today's society could crumble and collapse by spreading a deadly plague, and what happens immediately after the epidemic decimates the humanity is engaging, but turning Randall Flagg again and again as a villain, simply makes you completely lose respect for him, because nobody likes a villain who fails again and again (unless it is a comic book). Flagg is inept. Witness his failure in "The Eyes of the Dragon", then he appears again in "The Dark Tower"... the thing becomes repetitive and booooring.

Besides, other works by King began to falter over time and do not allow a rereading (Either "Pet Sematary" was mistranslated or it was plain awful from the beginning).

Tom Clancy is a great writer of best sellers, but I have never been thrilled by anything the guy has ever written. I do not remember if I read "Patriot Games" or "Clear and Present Danger", but it felt at the end like a lot of loose ends remained untied. Anyway, I should concede that the translation may have something to do well.


That's all for now (Cervantes, Shakespeare and Tolstoy, you can rest with easy by now.)
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Tuesday, July 5, 2011

Serie Ídolos de Barro III: Chao Güevara — en su propia voz.

Una camiseta del Ché que sí me gusta
“Tengo una remera del Ché y no sé por qué”, es un estribillo que ya lleva algún tiempo con nosotros, lastimosamente menos de los 44 años que la leyenda del Ché Revolucionario lleva con nosotros. Debemos agradecerlo a la generación que vivió en vivo y en directo la década del sesenta y que está ya próxima a ingresar al asilo.

Mientras Fidel Castro negoció una inmortalidad más terrena, Ernesto Guevara se transó por una más efectiva, porque ido su patrón de este mundo (y condenándolo por fin la historia), seguirá siendo imposible acabar con el aura de santo secular que envuelve al arquetipo de guerrillero, con la máquina de medios de comunicación conspirando para que siga así.

Quizá, como a tantos que pasaron a la historia, podría tener un amor a la humanidad en abstracto, que nunca se reflejó sobre nadie. Ejemplos:

- “Si los misiles hubieran permanecido (en Cuba), los hubiéramos utilizado contra el propio corazón de los EE.UU., incluyendo a la ciudad de Nueva York. La victoria del socialismo bien vale millones de víctimas en una guerra atómica.”
Realmente sediento de sangre
Con esta perla podría cerrar mi caso (fue la que me impulsó a escribir, por cierto), el de demostrar la psicopatía e insania de un personaje que no merece ningún tipo de reconocimiento ni homenajes sino escarnio. Pero no, aun hay más:

- “Las pruebas judiciales son un arcaico detalle burgués.”

Lo que le da el contexto correcto a la era del paredón en Cuba. De acuerdo con “El Libro Negro del Comunismo”, hacia 1964 los fusilamientos habían llegado a alrededor de 10.000. “Yo no necesito pruebas para ejecutar a un hombre”, espetó el Che a un subalterno judicial en 1959. “¡Sólo necesito una prueba de que es necesario ejecutarlo!”

Cualquiera diría que es un revolucionario en acción. Si, eso es ser revolucionario, el negocio del revolucionario es la muerte. Sobre el clima mental del revolucionario:

- “Odio como factor de lucha”, “Odio que es intransigente”, “Odio tan violento que impulsa a un ser humano más allá de sus limitaciones naturales, convirtiéndolo en violenta y fría máquina de matar.”

Nada mal para alguien que en alguna ocasión firmó sus escritos como “Stalin II”. Así se entiende mucho mejor cómo funcionan las guerrillas latinoamericanas. Y para alguien considerado como heroico y aguerrido, nada como el relato de una de sus víctimas Tony Chao:

El último día de su vida, Tony había recibido una carta de su madre en la cárcel. “Mi querido hijo”, le aconsejó ella. “¿Con qué frecuencia te advertí que no te involucraras en estas cosas? Pero yo sabía que mis súplicas eran en vano. Siempre exigiste tu libertad Tony, desde que eras un niño. Así que yo sabía que nunca aceptarías el comunismo. Bueno, Castro y el Che finalmente te capturaron. Hijo, te amo con todo mi corazón. Mi vida ahora está destrozada y nunca será la misma, pero lo único que te queda ahora, Tony... es morir como un hombre.”

Vaya si Tony Chao murió como un hombre. Después de una brutal golpiza comandó su propia ejecución.

Cuando el Ché fue finalmente capturado en Bolivia (y ejecutado sin fórmula de juicio, de la misma forma que hizo con miles de cubanos), dijo:

- “¡No disparen! Soy el Ché. ¡Valgo más vivo que muerto!”

La izquierda de todo el mundo, que ganó un mártir (dudoso) y un poster-boy del guerrillero, revolucionario y luchador social (y una mina de plata), difiere.
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